Durante estos tres últimos años, tiempo que llevo como responsable de la cuenta de flexografia de Kodak en Iberia, he sabido reconocer el acierto de esta compañía al haber logrado percibir la realidad del sector flexográfico, focalizando los esfuerzos en el desarrollo de soluciones innovadoras que realmente se adapten a las nuevas tendencias que estaban y están llegando.
¿Qué tendencias son esas?. Desde mi punto de vista y creo que desde el del impresor de packaging en general, esas tendencias son las que marcan las necesidades del propietario de marca, cada vez mas condicionado por unos hábitos del consumidor muy dados al cambio y a verse afectados por diferentes factores, mas aún en estos tiempos en los que la crisis global está haciendo estragos en la economía familiar.
Es por este motivo que creo en que una tecnología de plancha orientada al impresor flexográfico debe ser capaz de responder principalmente a tres necesidades: la calidad de la impresión, la consistencia de esa calidad y su consecución dentro de unos costes predeterminados.
Cuando un profesional de la flexografía habla de calidad de la impresión, tal vez tenga tendencia natural a centrarse excesivamente en los aspectos artísticos del resultado: si este nos resulta agradable, si hemos conseguido unas transiciones tonales limpias, unos colores vivos, unos textos nítidos, etc. Sí..., ya sé que somos profesionales de las artes gráficas y las "Artes Gráficas" son también eso..., pero debemos recordar que un impresor flexográfico no tiene como meta la obtención de una "obra de arte", su meta es la consecución de los requerimientos establecidos por su cliente en base a unas "funcionalidades" concretas del envase. Entre esas funcionalidades, obviamente, están las relacionadas con el diseño gráfico y el color, ambos pensados explícitamente para captar la atención del consumidor en el punto de venta. Y en esto estamos..., pero no podemos obviar otros valores que son fundamentales; como el ser capaces de poder mantener ese buen resultado de manera estable durante toda la tirada, poder repetirlo en una segunda o tercera entrada en máquina, implementar este resultado como un estándar para el resto de trabajos o garantizar el respeto a la marca, siempre sin olvidar que esos resultados deben ser obtenidos con unos costes limitados y dentro de unos parámetros medioambientales establecidos.
Kodak entendió esto muy bien y decidió diseñar una herramienta capaz de sacar a la flexografía de alto nivel de un estancamiento que le impedía responder adecuadamente a estos nuevos desafio. Y Kodak Flexcel NX nació para responder de manera adecuada a esas tres necesidades del impresor que comentaba anteriormente:
1.- La calidad de la impresión.
Dotando al impresor de un concepto de plancha de alta definición, capaz de ofrecer una capacidad de reproducción del 100% (hasta el mismo pixel del archivo digitaL), con puntos de estructura estable, con diametros de hasta 10 micrones que llevan las posibilidades de reproducción en plancha hasta el rango tonal completo con lineaturas de hasta 300Lpi.
2.- La consistencia.
Si en algo se ha caracterizado la flexografía a lo largo de los años ha sido en su inconsistencia, sobre todo cuando los requerimientos de calidad exceden de un cierto nivel. Con los nuevos requerimientos existentes, esa inconsistencia se ha convertido en el principal desafío para un impresor flexográfico, entre otras cosas por que es lo que suele determinar la viabilidad y rentabilidad del tiraje.
Esa inconsistencia viene principalmente dada por las variables que afectar a la propia reproducción de la imagen en la plancha, a su integridad durante el proceso de impresión y al modo en el que transmitimos esa imagen en el sustrato.
Kodak Flexcel NX, con su insuperable capacidad de reproducción del archivo digital, la estructura de punto cónico con cabeza plana y la increiblemente precisa microtexturización DigiCap de 5 micras en la superficie de tramas y sólidos, permiten obtener un resultado estable y definido, con transiciones limpias y con colores intensos para un resultado realmente predecible en flexografía. Todos ellos son aspectos fundamentales para garantizar esa consistencia y establecer un estándar de calidad acorde con las necesidades de marca.
3.- Los costes.
Un concepto de impresión poco predecible e inconsistente es un agujero sin fondo en términos de coste para un impresor. En la medida que controlamos y reducimos los tiempos de ajuste, las paradas de máquina, la carga de tinta, la utilización de mas pigmentación, las mermas de ajuste en sustrato y tintas, las horas del tiraje, los costes de energía, el número de colores o extendemos la durabilidad de las planchas, generamos una ahorro en los costes que es vital y definitivo para el impresor.
Si nos fijamos en todos estos puntos, veremos que la mayoría de ellos, por no decir todos, guardan directa o indirectamente relación con el funcionamiento de la plancha en el cuerpo impresor. Kodak ha resuelto eficazmente muchos de estos problemas con Flexcel NX, llevando a la impresión flexográfica, de manera real e indiscutible, a las cotas de calidad y rentablidad que exige hoy en día el mercado.
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