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lunes, 2 de septiembre de 2013

Un brillante horizonte para la impresión flexográfica

Podríamos decir que un sistema de impresión como la flexografía, cuyos procedimientos requieren de complejas instalaciones y de una alta especialización, no lo debería tener fácil para disfrutar de un crecimiento sostenido en un mercado en el que la impresión parece caminar hacia la simplicidad de lo digital. No obstante existen razones poderosas por las que la flexografía tiene un futuro prometedor y un gran camino por recorrer.
En la actualidad,  su presencia en la industria del packaging podría considerarse como indiscutible en buena parte de aplicaciones, como las de envase y embalaje, impresión de seguridad, farmacia, etiquetas o electrónica impresa. A esto debemos añadir que con la aparición de nuevos mercados, la demanda de packaging está viviendo un periodo de crecimiento interesante; de hecho, en esta coyuntura se espera que la flexografía mantenga un crecimiento mundial por encima del 5% en los próximos años, descontados los efectos de la crisis global. Por supuesto, es en esos países donde existen las grandes oportunidades para el flexo y donde hay más posibilidad de crecimiento; no solo por sus innegables ventajas competitivas, también por el hecho de tener una mejor adaptación ante los nuevos requerimientos del propietario de marca que el huecograbado, claro dominador del terreno hasta hace pocos años, sobre todo en los países asiáticos.
Ciertamente, en los mercados tradicionales de los países asiáticos y en general, la flexografía no ha tenido una relevancia de uso extraordinaria en comparación a otras zonas y el número de empresas con maquinaria de impresión flexo no ha sido destacable hasta hace pocos años. El huecograbado ha sido normalmente el método preferido por diversas razones, entre las que siempre ha destacado la imagen de calidad limitada que se ha tenido durante mucho tiempo sobre la flexografía.
Pero las cosas han cambiado y mucho; ahora que la cuestión de obtener una alta calidad no es un problema para la flexo y que las demandas de packaging se han incrementado notablemente, disparando la necesidad de utilizar sistemas de impresión más rentables y adaptables a las necesidades del mercado, estamos ante un escenario propicio para que la flexografía vaya fortaleciendo aún más su presencia sobre todo en estos países emergentes, donde hay una población con un potencial de consumo muy destacable y cada vez más decidida a comprar productos envasados.
A su vez, esta situación está cambiando algunos modos de comercializar el packaging. Por poner un ejemplo, los grandes compradores de envase y embalaje impreso tienden a globalizar sus pedidos, de tal forma que estos no siempre están fabricados en el país donde se produce y envasa el producto. El propietario de marca negocia estas fabricaciones con empresas de distintas zonas para buscar una mayor rentabilidad o adaptación logística a sus campañas promocionales.
Pero esto no significa que con ello se esté cediendo en el nivel de exigencia de calidad, más bien todo lo contrario; la primera exigencia del comprador de impresión es el garantizar el cumplimiento de sus estándares e imagen de marca, sea cual sea el lugar donde ese envase y embalaje ha sido fabricado, y esto supone un gran desafío para las empresas flexográficas, que tendrán que adaptarse a las circunstancias y ser capaces de cumplir con unos requerimientos cada vez más altos y complejos si quieren acceder a estas demandas; unos niveles que han estado, hasta ahora, muy lejos de poder ser garantizados de una manera constante y sobre todo rentable por parte de los impresores convertidores basados en la flexografía, situación que me atrevo a dar por superada en la actualidad gracias a las nuevas innovaciones tecnológicas existentes en el mercado.
No obstante, el dar por superados tecnológicamente los principales y tradicionales obstáculos para este sistema de impresión frente al huecograbado, como la predecibilidad y la consistencia de la calidad impresa, no significa que vaya a ser fácil para el impresor. Si hablamos de la "funcionalidad gráfica" de un envase o embalaje flexible, esta se orienta a generar un impacto visual atractivo que permita captar la atención del cliente en el punto de venta, informarlo sobre el contenido del envase y crearle, en conjunto, una imagen positiva de marca. En este sentido la flexografía, al igual que otros sistemas de impresión, debe cumplir con esos requerimientos de funcionalidad. Pero además del obtener un resultado que cumpla con los requisitos establecidos por el cliente, deberá asumir las implicaciones que estas condicionantes tendrán sobre otros objetivos vitales, principalmente los relacionados con sus objetivos de rentabilidad.
Con todo ello, esa predecibilidad y consistencia, tradicionalmente tan difíciles de garantizar en flexografía y a las que me refería anteriormente, son y seguirán siendo factores determinantes para tener éxito en este escenario, ya que sin poder predecir un resultado en impresión no se podrá ser consistente en la calidad obtenida y obviamente será imposible ser rentable en el proceso. Esta realidad debería llevar necesariamente al impresor a una mayor especialización y a la implementación de mucha más metodología, aspectos que ayudarán a hacerlo más competitivo y que sin duda le permitirá beneficiarse de este brillante horizonte que disfruta la impresión flexográfica.


Miguel Ángel Beltrán